La OMS declarará la guerra al azúcar
Según parece la Organización Mundial de la Salud parece que quiere aconsejar, por fin, el menor uso del azúcar de mesa para consumo humano. La industria reacciona en contra.
Segun podemos leer en El Confidencial
La Organización Mundial de la Salud prepara unas nuevas recomendaciones dietéticas sobre el consumo de azúcar que podrían desatar una guerra abierta con la industria alimentaria. El dominical británico The Sunday Times ha tenido acceso a un borrador confidencial de la organización en el que los expertos llegan a la conclusión de que “se debe reducir la ingesta de azúcares libres a un 5% o menos del total de energía”. Esto conlleva no tomar más de 5 cucharillas de azúcar al día.
Los “azúcares libres”, más conocidos en español como azúcares refinados o añadidos son, según la propia OMS, todos los azúcares “añadidos a la comida por el fabricante, los cocineros o los consumidores, además de aquellos presentes de forma natural en la miel, los siropes y los zumos”.
Hasta ahora la OMS recomienda que el consumo de azúcar no exceda del 10%, una cifra que se utiliza en todos los países para establecer el etiquetado de los productos. Una sola lata de refresco contiene el 39% de la Cantidad Diaria Orientativa de azúcar para un adulto, con las nuevas directrices pasaría a suponer un 78%.
La salud dental inclina la balanza
Estas nuevas recomendaciones de la OMS, que todavía no se han hecho públicas, son resultado de la publicación, en los últimos años, de una gran cantidad de estudios que asocian de forma directa el aumento en el consumo de azúcar con la obesidad, los problemas cardiovasculares y la caries dental. Pese a esto, los expertos consultados por la OMS no tenían claro que fuera necesario reducir el límite.
El pasado mes de marzo, el Grupo Consultivo de Expertos en Recomendaciones Nutricionales (NUGAG, por su siglas en ingles) –que se formó hace tres años para revisar el límite del 10%– llegó a la conclusión de que las directrices sobre el consumo de azúcar seguían siendo válidas con respecto a la obesidad, pero un informe sobre caries dental ha hecho que cambie su opinión.
El trabajo en cuestión, firmado por Paula Moynihan, profesora de nutrición y salud bucal de la Universidad de Newcastle, llegaba a la conclusión de que un límite del 5% suponía un gran beneficio respecto al 10% anterior. La investigadora cree que “parte del problema es que los alimentos y bebidas azucaradas se han convertido en alimentos básicos en la dieta de muchas personas en los países industrializados y necesitamos revertir esta tendencia”.
Una guerra enconada
La opinión de NUGAG se une ahora a la de numerosos científicos e instituciones que han insistido en la necesidad de reducir el consumo de azúcar de la población, pero está costando mucho que las administraciones públicas cambien sus políticas al respecto.
Según fuentes de la OMS citadas por el Times, las nuevas directrices están tardando tanto en salir por la presión que está ejerciendo la industria alimentaria. Philip James, presidente de la Asociación Internacional para el Estudio de la Obesidad (un organismo asociado a la OMS), ha reconocido que el borrador de la OMS es “dinamita política” y cree que “la industria alimentaria va a hacer todo lo posible para frenar su publicación”.
A principios de año, Margaret Chan, directora general de la OMS, comparó las tácticas de la industria alimentaria en lo que respecta al azúcar con las que siguieron las grandes tabacaleras durante años para ocultar la evidencia científica que indicaba que fumar era malo para la salud.
¿Llegará este borrador a publicarse y ser efectivo? En 2003, cuando se redujo la cantidad recomendada de consumo de azúcar al 10% actual, el lobby de la industria alimentaria presionó al Gobierno estadounidense para que recortara la financiación de la OMS en más de 400 millones de dólares. ¿A qué estarán dispuestos a llegar por frenar estas nuevas directrices?
Para empezar, ya están negando las conclusiones a las que ha llegado el NUGAG. Un portavoz de Sugar Nutrition UK, un comité científico financiado por la industria, asegura que “no hay ningún dato que muestre que reducir la ingesta de azúcar por debajo de los límites actuales sea beneficioso para la salud”. Además cree que el informe sobre salud dental encargado por la OMS se basa en estudios de “muy baja calidad”.