A veces recibimos novedades de entreno, nuevas palabras técnicas, Ideas y teorías que conocemos, suplementos que prometen maravillas… Pero los atajos no existen en este deporte.
Todo es más simple de lo que parece… Sabemos que hay fundamentalmente tres factores que harán que una vez los cumplas en general habrá mejoras en tu físico:
- Entrenamiento. Aquí es donde empieza todo. Le das al cuerpo sesiones de entrenamiento donde movemos pesos, produciendo esfuerzos en ciertos músculos que se deterioran a nivel microscópico por culpa del stress del entreno. Para que el cuerpo reaccione en cada parte corporal (bíceps, abdominales, cuadriceps, pectorales, etc…) te has de asegurar de que la técnica de los ejercicios produzcan esas microrroturas allí donde tú esperas mejorar; esto es, que cuando creas que entrenes hombros no sean los trapecios quienes realmente reciban el stress del entreno, o los tríceps en lugar del pectoral, o los dorsales en lugar de los erectores espinales, etc…
- Nutrición. Dónde aprendas a dar los macronutrientes precisos y a la hora determinada, la proteína completa y en varias ocasiones al día. Los hidratos, especialmente complejos, que te permitan un entreno duro y una recuperación indudable de aportes energéticos. Las grasas esenciales que aseguren un ingreso idóneo para que las estructuras musculares y articulares tengan una correcta aportación de nutrientes que te dejen recuperar estos tejidos esenciales para un culturista. Sin hablar de que no haya limitaciones producidas por carencias en vitaminas y minerales.
- Descanso, o si lo prefieres podemos usar el concepto «tiempo de recuperación»; ya que entenderemos que hay necesidad de que el cuerpo tenga un tiempo donde cumplir con la recuperación postentreno, y aquí hablamos tanto de la recuperación energética del glucógeno muscular y, secundariamente del hepático, y por otro lado y sobretodo la de la síntesis de elementos que van a reparar y producir la hipertrofia del músculo que hemos entrenado.
Por lo tanto, tenemos tarea por delante, tanta que a veces nos distraemos de ella porque leemos que hay un factor (a veces nuevo) que hará que podamos perder estos elementos de vista para simplemente seguir la novedad… Novedad que a veces no nos aporta nada más que distraernos del verdadero camino que SI va a producirte mejoras musculares.
Es por ello que cuando veo que hay quien discute por cuántos gramos de un aminoácido hay que tomar, 10, 12 o 14 minutos antes de un entreno o de una comida. O cuántos segundos hay que detenerse tras el fallo muscular, o qué porcentaje de hidratos hay que tomar en el batido postentreno… Mi cara dibuje una sonrisa ya que esto nunca va a significar más de un 10-15% de las posibles mejoras.
A la misma vez que si nos concentramos en que los tres grandes factores realmente se den en su justa medida, que haya un verdadero esfuerzo entrenando, que nuestra dieta sea realmente hipercalórica o que demos el descanso apropiado respecto de nuestra capacidad de recuperación.
Y es que, ni todos nuestros ejercicios los realizamos siempre igual, y ni que decir tiene con la misma técnica que otras personas. Ni tomamos los mismos gramos de macronutrientes todos los días, y que asimilamos todos igual o que siempre vamos a precisar el mismo tiempo de recuperación cuando «estrenamos» una rutina que cuando llevamos ya 12 semanas con ella…
Es por ello que, tras años y años de observación, en el 90% de los casos si en lugar de preocuparnos de pequeños detalles, nos centráramos en seguir constantemente las premisas básicas de una planificación sencilla, tendríamos muchas más ganas de no complicarnos la vida y no intentaríamos volvernos locos con cualquier cosa que leamos…Porque todo es más simple de lo que parece, no existen los atajos en este deporte.