Hoy en día existen cientos de preparadores, muchos los eligen por nombre o por moda… pero detrás de eso, a veces hay cosas inexplicables…
En ocasiones mis quehaceres a causa de mi trabajo me llevan a conocer ciertas preparaciones que los alumnos de mis cursos o simplemente conocidos me presentan. Afortunadamente cada vez más, las veces que me llevo las manos a la cabeza van disminuyendo año tras año. Ciertamente no es que esté de acuerdo con todo lo que veo, pero si es cierto que entiendo ciertas lógicas. No es el objeto de este artículo hablar de las barbaridades si no de estas últimas (aunque a veces se confunden por su radicalidad), de las cosas que aún entiendo el por qué ( y sabiendo que llevan su lógica) yo personalmente no estoy de acuerdo.
Desde que llevo en este deporte he visto pasar algunas teorías, las cuales me han sonado bien, mal y regular. Muchas las he llegado a probar en mi y la gente a las que he ayudado, algunas evidentemente las adopté, otras no. Pero en principio hay algunas que, a pesar de que sigan cierta lógica, me negué y me niego a poner en práctica.
Pondré un ejemplo claro: competidoras de bikini en su fase de definición, (demasiadas veces más de las que me gustan) he visto dietas por debajo de 600-700 kcal/día sin carbos (solo brécol y ciertas verduras). Recuerdo una perfectamente de un entrenador afamado español que llevaba supuestamente a varias Tops (hay quien está de moda y hay quien se queda mucho tiempo de moda; no, no es lo mismo); 50 gramos de pechuga de pollo, 50 gramos de brócoli, alguna otra verdura y bastantes suplementos. Este es el ejemplo de lo que YO NUNCA haría con nadie.
Que por qué digo esto?
Porque yo no veo normal que una atleta, que es una deportista y aún más una persona que compite al nivel que suele exigir el culturismo (por mucho que sea Bikini, hace lo mismo básicamente; intentar secar y no perder músculo) coma tan pocas calorías al cabo del día. Una bebé de 1-2 años come más…
Aún así siempre me podrían decir que para definir hay que tener una dieta hipocalórica (es decir, gastar más de lo que se come en cantidad de kcalorías) y esto es cierto. El matiz viene en que una atleta que puede entrenar una o dos veces todos los días, tenga una actividad normal y trabajé en casa y/o en un trabajo normal, que además sea joven de edad o incluso en sus cuarenta y tantos; pueda comer tan sumamente poco y que no sé quiera dar cuenta de que eso es una locura.
Y es una locura porque pudiera ser que psicológicamente pueda soportar durante mucho tiempo dicha tortura de calorías, es un sinsentido porque un buen entrenador DEBE de pensar que esa atleta es una PERSONA y no un trozo de carne que tiene que tener un aspecto X el día del campeonato.
En qué me baso para decir esto?
Les tengo que explicar el concepto de las dietas yo-yo para que me entiendan. Imaginen que tenemos una chica que estudia, por tanto normalmente joven, que en abril se prueba su bikini y se da cuenta de que ha ganado unos kilos (no demasiados 6-7) y no se gusta cuando se mira al espejo. Empieza a leer y cae en sus manos una dieta milagro de 1000 calorías y además le dicen que no tiene que hacer ejercicio. Bien, ella es seguro que si descuidó la dieta no coma precisamente 1000 calorías para haberse puesto con ese extra de peso, si no que comerá bastante más que eso. Eso significa que mil calorías es dieta hipocalórica para ella, luego perderá peso. Eso si, perderá peso durante unas cuantas semanas (pueden ser bastantes semanas pensemos en 10-12 como ejemplo), eso quiere decir que llegó a la mitad de junio y se vuelve a poner su bikini y se ve mucho mejor, pero ella quiere verse aún más. Pero ya no pierde nada de peso con esas mil calorías; cómo sucede eso? Fácil, el cuerpo se adapta.
Su metabolismo total (la cantidad de calorías que gastaba) se ha reducido debido a todas esas semanas comiendo mil calorías, y lo ha hecho tan eficientemente que su cuerpo ya no pierde nada o casi nada porque se ha adaptado a gastar 1000 kcal. Pero ella quiere bajar… Por lo tanto si mil no funciona, comerá 500 kcal.!!! Y piensa, «solo 4 semanas hasta que me vaya a la playa, así perderé los 2-3 kilos que me sobran».
Con toda la voluntad que es capaz de reunir, sigue esa dieta, su hambre no le permite ni dormir bien ni estudiar bien, empieza a tener alguna molestia en la espalda, » será por todas las horas sentada estudiando», se dice a si misma. Y cuando pasan las 4 semanas pierde lo que ella quiere y se ve magnífica, para entonces su metabolismo total ha disminuido incluso de aquellas mil calorías que dejaron de funcionar hace un mes. Y como el maratoniano que llega a la meta, cuando tiene ese peso se abalanza a la comida para satisfacer esa ansiedad que reconoce que le ha amargado muchas de las semanas que ha seguido. Y es evidente que entonces no va a comer mil kcals…., ni probablemente 2000… si no bastante más de lo que comía antes. Nada demasiado grave si tuviera el metabolismo que tenía cuando en abril se probó el bikini… Pero ya no es así, semanas de dura dieta hipocalórica le han hecho reducir mucho lo que gasta.
Y qué es lo que ocurre cuando termina el verano? Pues que puede que haya recuperado todo el peso previo y puede que alguno más… Y si analizamos qué tejido es el que ha protagonizado esa subida de peso que ha puesto se podría comprobar que es grasa fundamentalmente. Debido a la diferencia del número de calorías ingeridas y gastadas; ese metabolismo que ha sido debilitado por esas semanas de severa dieta…
A eso se le llama dieta Yo-Yo
Volvamos con nuestra atleta de competición de Bikini. Ella puede pensar, » eso no me va a pasar a mi, porque yo entreno y mi metabolismo no baja tanto…» Error, si tienes que reducir tan drásticamente las calorías, te está pasando exactamente lo mismo. Es más, la probabilidad de que te baje la tensión, mareos, bajada de glucosa, los dolores de cabeza, la debilidad entrenando, la ansiedad por la comida dulce, son cosas que la chica estudiante puede que ni tenga. Pero esto no es lo peor.
Lo peor viene cuando te bajes del escenario.
Porque evidentemente vas a comer más, y si además has usado algo extra que te ayudó en las últimas semanas y la dejaste… Puedes tener un aspecto una simple semana después que te hará llorar si te miras al espejo objetivamente, porque no se parece en nada al de la competición de apenas unos días. Y sigue sin ser lo peor, porque después de la primera semana, viene la segunda, y la tercera…. Y puede que esa forma que tenías compitiendo la hayas perdido de tal manera que piensas que jamás volverás a tenerla. Si además has perdido la regla, no tengo buenas noticias para ti…
Me entienden ahora cual es el sentido de este artículo? Yo nunca voy a realizar esas tácticas, fundamentalmente porque me importa más el aspecto y la salud de la atleta diez, veinte, treinta días después del evento que la clasificación en si…Por lo tanto me niego a decirle a una chica que coma 600-700 kcals, que haga 2-3 horas de cardio al día, que entrene con pesas dos veces al día. que tome esto y aquello sabiendo que va a tener un grave perjucio, etc… A veces pienso que gracias a Dios que las chicas no han de dar un peso en competición…
Llamadme raro, ineficiente, mal entrenador o como quieran… Pero seguiré pensando que aunque tengan lógica, hay algunas estrategias de competición que me parecen una locura, y que hacen que la valoración que tenga de algunos entrenadores estén alejadas de considerarlos los mejores de España y del mundo… Restar calorías…Eso lo sabe hacer cualquiera!