Entrenar a tope siempre?

Cuando somos jóvenes especialmente, en cada oportunidad que tenemos para entrenar, ponemos o intentamos poner el 100% en cada entrenamiento, en cada serie, en cada repetición. Tenemos la motivación tan alta que pensamos que o entrenamos a muerte o es mejor no entrenar…

Quizás esto pueda tener su objetivo (más mental que físico) en determinado periodo de nuestra vida. Pero, a partir de cierta edad, con la perspectiva que dan los años, nos damos cuenta de que entrenar a tope siempre, además de imposible, tiene sus desventajas… Y es que, sin duda ninguna, lo más inteligente es la programación previa o periodización.

A qué nos referimos con esto? Al estudio previo de un periodo de entrenamiento planificado y que, al reflexionar y establecer diversas rutinas, nos damos cuenta de que ni aún si pudiéramos, resulta positivo ir siempre a tope.

Por qué?

En ningún deporte donde vas a tener (ya sea compitiendo o por simple recreación) una meta concreta, se entiende que el tiempo que te lleve vas a entrenar al mismo nivel. Existen muchos condicionantes que impiden que en plazos de meses, tú puedas entrenar siempre a tope (aunque mentalmente si lo consideres). Físicamente no podrías soportar una intensidad alta en un periodo muy largo, por la misma razón que has de elegir entre correr mucho tiempo o correr mucho. A niveles de macrociclos has de entender que la intensidad ha de ser creciente, decreciente o incluso parar de entrenar.

El cuerpo no puede sostener ir a tope durante muchos meses, por la misma razón que pusimos antes en el ejemplo de correr. Tú puedes correr mucho tiempo o correr a mucha velocidad, pero a tope de velocidad, mucho tiempo no es posible. El cuerpo se agota, en este caso es lo mismo. No podemos pensar que nuestro organismo va a soportar ir al 100% todos los días durante un año. Eso estresaría el sistema nervioso, la recuperación, las articulaciones, incluso la motivación psíquica para ello.

Desde estas líneas, recomendamos el uso de entrenos diferenciados al cabo del año, que empiecen de una manera más moderada y que, semana tras semana, se vaya aumentando el nivel (ya sea con mayor peso, mayor número de repeticiones, menor descanso, o el uso de cualquiera de las técnicas que hagan más complicado el entrenamiento). Te proponemos rutinas de duración de 10 semanas, en las que proyectes entrenos que vayan aumentando la intensidad semana a semana. Y que, al cabo de las 10 semanas, termines modificando todo para volver a empezar y así procurar, a tenor de este procedimiento, que el estímulo muscular siempre esté presente. Y que, si en ese proceso de mejora semanal a veces te atasques, hagas semanas de entreno fácil o incluso de descanso para volver a repetir la siguiente.

Lo que no procede, por ineficaz, es continuar sin planificación, por puro instinto a entrenar siempre a tope porque, nos guste o no, es sin duda mucho menos eficaz que la planificación, que en otro deporte por cierto, nunca se discute.