Las mujeres y las pesas

La relación entre algunas mujeres y las pesas

Un artículo sobre la dificil relación entre algunas personas, entre ellas muchas mujeres, y el entrenamiento con pesas. Paradójicamente suelen ser estas las personas que podrían obtener las mayores ventajas del entrenamiento con cargas o culturismo.

POR QUE PARECE QUE A ALGUNAS MUJERES NO LE GUSTAN LAS PESAS.No es de extrañar para ninguno de nosotros que la cantidad de mujeres que entrenan con pesas es sensiblemente menor que la de hombres, solo hay que echar un vistazo a cualquier zona de pesas de un gimnasio y veremos como estas están en el mejor de los casos en minoría simple con respecto al número de varones

La explicación puede que nos dé alguna de las respuestas sobre el título del artículo. Si tú que lees esto, entrenas habitualmente con pesas, o alguna vez lo has hecho hasta el punto de engancharte a ellas, sabrás que a diferencia de cualquier otro deporte, el culturismo no es “divertido”. Cuando jugamos al fútbol, echamos unas canastas, le damos un poco al pádel o intentamos meter una bola jugando al golf estaremos de acuerdo que mientras realizamos estos deportes pasaremos un buen rato. Seamos buenos o malos en el deporte, probablemente nos reiremos cuando fallemos alguna ocasión clara o un tiro fácil, tendremos que soportar las bromas de los amigos con los que compartimos ese momento, o si estamos “picados” con ellos nos desafiaremos para ver quien es el mejor, en todo caso de una u otra manera disfrutaremos con ello. Son deportes que, independientemente de que seamos o no buenos, podemos disfrutar.

El culturismo no es un juego.

La finalidad de nuestro entrenamiento es romper fibras para que el cuerpo se adapte reconstruyéndolas y mejorando con ello. Algo que suena de esta manera no puede ser “divertido” para el disfrute del cuerpo. Sin embargo lo es, y me apuesto lo que sea que en mayor medida de que lo puede ser para esa misma persona, cualquier otro deporte.

El culturismo es una ejecución deportiva individual, lo que ya limita a cierto número de personas su atractivo, pero es que además hay que tener en cuenta que para que ese modelo adaptativo continúe hasta un nivel aceptable es necesario sentir dolor. Y para muchas mujeres y bastantes hombres ocurre que no están dispuestos a llegar a ese dolor y menos aún, solos. Esto es perfectamente razonable, junto a la falta de motivación para acudir al gimnasio, son los dos factores que hacen que las clases colectivas tengan ese cierto éxito. Hay una persona que te “motiva” gracias a una música y a un ambiente general específico de inducción al ejercicio.

La gran diferencia es que tiene un éxito limitado si lo comparamos con un entrenamiento con pesas normal. Este entreno está perfectamente adaptado para nosotros solos, con nuestra planificación exclusiva y usando un tipo de ejercicio que, difícilmente, se puede repetir en una clase colectiva donde la maquinaria está limitada por el tipo de clase.

Cuando debo entrenar a una chica tengo que explicarle en la gran mayoría de las veces que este entrenamiento no le pondrá como una camionero, pero no porque yo tenga ganas de empezar por ahí una conversación sobre el ejercicio, si no porque desgraciadamente, muchas mujeres y muchos hombres tienen la sensación de que cuando toquen una mancuerna se van a convertir en campeones mundiales de culturismo, pero ya con el aceite echado, con el calentamiento hecho, la carga de carbohidratos y unos focos de 2000 watios haciéndoles resaltar las venas y las estriaciones musculares por todo el cuerpo…

Delirios aparte, esta explicación puede o no convencer a este tipo de persona, que debe de entrenar fuerte para conseguir resultados. Vamos a suponer que me creen. Digamos que siguen entrenando, muchas hablan de que se aburren cuando entrenan, refieren que les aburre soberanamente, yo este sentimiento no lo comprendo. Es decir, puedo entender que te gusten o no entrenar levantando pesos, pero lo que no puedo comprender es que si hemos quedado que es necesario entrenar duro y que sientan dolor, esto te deje tan indiferente que te produzca aburrimiento. No será que con ese prejuicio al entrenamiento duro, ya sea porque se tiene miedo a convertirse en Hulk o por cualquiera otra circunstancia, no se hace otra cosa que “pasar el rato” levantando peso sin que el sudor aparezca por ningún lado?? ( señal inequívoca de que no se ha entrenado con la intensidad suficiente) . Estoy seguro de que la mayor parte de las veces es así.

No quieren llegar a ese nivel; muchas veces he tenido que oír la frase “yo no puedo con eso” antes de que tuviera siquiera el peso en sus manos. Pero al no llegar a ese nivel simplemente se dedican a mover sus articulaciones con una intensidad tan moderada que apenas le supone un esfuerzo, aburriéndose al cabo del tiempo, ya sea por el tedio de la ejecución o porque no consiguen resultados. No concibo posible que una persona esté haciendo sentadillas mientras dicen continuamente “de verdad que ya no puedo más, te lo prometo” todo esto sin parar de ejecutar el movimiento y mirando a algún compañero para compartir la broma, y siga hablando y riéndose mientras realiza ese “ejercicio extenuante”…

Creo poder afirmar con rotundidad que lo que de verdad mueve una persona a entrar en un gimnasio es conseguir cambios en su físico o algún otro factor, pero siempre teniendo claro que son los resultados lo que de verdad, motiva a una persona a entrenar. Por ello habría que educar a un neófito a que tenga claro que cuando vaya a entrenar debe de hacer las cosas de la manera en que su entrenador le dirija, sin miedo a los resultados, porque probablemente nunca los tenga si no sigue sus pasos.

La realización de un esfuerzo es lo que de verdad hará que el cuerpo te devuelva un resultado, a través de una alimentación adecuada y de un tiempo para realizarlo, con una adaptación a ese nivel de entrenamiento, lo que provocará cambios en el cuerpo de una persona.

Autor: José María García García

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