Cuantas ocasiones hemos escuchado hablar de cuantos gramos de no se qué son necesarios y en qué minuto exacto del postentreno es mejor introducirlo en el cuerpo como si fuera el secreto escondido del culturismo…
– «Qué te diga cuanto de qué??!!»
La pareja de jóvenes que se atrevieron a hablar con Carlos tuvieron en ese momento un encogimiento de alguno de sus esfínteres por encima de lo que en otras ocasiones habían tenido cuando una situación se volvía tensa más de la cuenta…
– «Es que nos habían dicho que usted era un gran entrenador y teníamos una duda importante entre nosotros».
– «Qué te diga cuanto de qué??!!»
-» A ver, muchachos,…»
Carlos ahora tenía que replantearse sus encontradas reacciones. Por un lado la repetitida escena y por qué no decirlo, la edad, le daban ganas de mandar a hacer puñetas a estos dos pipiolos con la preguntita de marras; por otro se debía a su gimnasio y a que él era la cabeza visible a pesar de que había más monitores en la plantilla del gym.
Durante unos instantes permaneció callado musitando algo mientras los dos chicos tragaban salida como si tuvieran la sensación de haber metido la pata. Porque, aunque no lo previeron, la metieron…
Por un segundo Carlos se sintió tentado de acabar la frase con una cantidad de gramos y unos cuantos minutos después o antes de entrenar, verdadero objetivo de estos dos, pensó… Pero no fue así.
– » A ver chicos, no habéis empezado aún a entrenar, verdad?».
– «No, aún no estábamos esperando a que el press de banca se quedara libre» Dijo el más alto señalando con la mano la zona de la sala que tenía el banco de Press de Banca ocupado. Lo hizo rauda y exactamente como queriendo mejorar la actitud para que Carlos lo tuviera en cuenta.
– «Bueno, pues mira, habéis tenido suerte. Vamos a sentarnos un rato aquí mismo»
Por fin soltaron aire la pareja cuando vieron relajarse y cambiar el tono de voz de Carlos, por un momento pensaron que habían hecho una pregunta que no debían de hacer, pero viendo la situación empezaron a pensar que era posible que al menos no los mandasen a otra parte.
– «Cuanto tiempo lleváis entrenando chicos?».
Se miraron los dos chicos, y mentalmente acordaron una cifra que en esta ocasión fue el moreno más bajo el que contestó:
– «Llegamos al gimnasio hace seis meses, pero ya estuvimos alguna vez hace tiempo, aunque no era realmente en serio porque no tomábamos nada».
– «Ay, Dios mio! Qué manía más grande!! Ni que fuera una obligación tener que tomar suplementos para mejorar en este deporte coño!»
Los dos chicos se quedaron callados mirando a Carlos, y éste empezó a menear la cabeza en ademán de negación de maner pausada, sin prisas…
– «Ay, Dios mio! Qué manía más grande!! Ni que fuera una obligación tener que tomar suplementos para mejorar en este deporte coño!»
– «Todo ésto es siempre igual, desde que yo empezará a entrenar siempre ha habido la esperanza de que alguna pastillita tuviera el verdadero secreto del culturismo y que explicará por qué demonios hay tipos que están enormes, grandes y fuertes y otros no. Pues siento despertaros a la realidad, pero no la hay!».
Los chicos se miraron entre ellos, empezaron a pensar que Carlos era uno de esos que iban por ahí diciendo que los suplementos eran casi doping, que no valían para nada más que para sacar dinero a los incautos y lo que era peor, que iban a recibir una charla pedagógica que no tenían ni ganas ni cuerpo de oirla.
– «Mirad pareja, cuando yo empecé a entrenar, allá por los ochenta del pasado siglo, ni siquiera había suplementos que tomar. Y eso me sirvió para muchas cosas, entre ellas para aprender lo que realmente es necesario.»
En ese momento se colocó como oyéndose así mismo, como si lo hubiera vivido en otras ocasiones, casi mecánicamente sin mirarles a los ojos, invocando palabras como en una repetitiva plegaria.
– «En el culturismo, o lo que hay que hacer para ponerse fuerte, como queráis llamarlo, hay 3 factores importantes». Empezó a sacar dedos a la vez que hablaba. «Uno, el entrenamiento; dos, la nutrición y tres, el descanso». No le deis más vueltas. Si entrenas correctamente, comes lo que debes y dejas pasar tiempo para que tu cuerpo se recupere con vuestra jodida edad no creo que haya problemas para que sigáis mejorando vuestro aspecto.»
…para ponerse fuerte, como queráis llamarlo, hay 3 factores importantes». Empezó a sacar dedos a la vez que hablaba. «Uno, el entrenamiento; dos, la nutrición y tres, el descanso». No le deis más vueltas
Miguel y Juanjo no tenían mala pinta para 19 y 18 años y apenas uno a sus espaldas entrenamiento. Habían seguido las rutinas de los monitores que Carlos había no sólo contratado si no enseñado para que reprodujeran lo mejor posible la manera de entrenar que después de 30 años le había dado una fama más o menos justificada y que a pesar de la cantidad de nuevos macrogimnasios le permitían seguir en el mercado. Cada uno habría puesto alrededor de 6-8 kilos y mostraban buenas masas musculares a pesar del poco tiempo que tenían pasado entrenando.
– » Estamos muy contentos de lo que hemos conseguido, pero pensábamos que podríamos conseguir algo más si tomábamos ese producto y por eso le hemos preguntado a usted cuanto había que tomar, porque en la etiqueta pone una cosa pero hemos leído por internet que era necesaria otra y claro, le vimos por aquí…»
– » … y me preguntasteis, lo normal… lo que haría yo mismo. Mi respuesta no ha sido la que esperabais ehhh! Bueno, eso tiene que ver con lo que acabo de deciros. Entrenar, comer y descansar. No hay más y si me permitís decir cual es para mi la más importante es ENTRENAR. Por qué? Pues porque por muy bien que comais, o que os gastéis un montón de dinero en suplementos o por mucho tiempo que descanseis, es cada vez que vais a mover hierro lo que va a hacer que todo comience. Cuando entrenamos producimos problemas al cuerpo que tiene que resolver gracias a la energía y a la materia prima que conseguimos comiendo y dejando al cuerpo recuperarse antes de volver a producirle al cuerpo esos problemas. A eso se le llama adpatación humana, en este caso por cuestiones de supercompensación gracias a la homeostasis aunque para vosotros os basta pensar en que esto se produce así y punto.»
Los chicos pensaban que aún no les había aclarado por qué se había molestado por preguntarle la dosis y el momento de tomarlo. Y casi iban a replantearle, con algún circunloquio la misma pregunta, pero de nuevo y casi adivinando lo que iban a hacer empezó a hablar Carlos.
– «Pero supongo que aún no he dejado claro la cosa. Es completamente inútil o no merece la pena gastarse dinero cuando tu entrenamiento no es productivo, a lo mejor habíais oído esto que acabo de decir antes, pero no sois conscientes de ello. Me refiero a que si cuando haces dorsales no te queman, si no sudáis haciendo hombros, si no apretáis los dientes cuando movéis peso en las sentadillas, realmente no vale de nada seguir la nutrición al dedillo o descansar convenientemente. Tenéis que ser conscientes de que hay que poner todo lo que hay que poner entrenando y que de nada vale lo demás si no forzáis al cuerpo a cambiar. Por eso me puse como me puse hace un rato, porque me dio la sensación de que para vosotros era muy importante eso que me habéis preguntado cuando es un detalle, más o menos importante pero un detalle en comparación con lo que significa el entrenamiento. Además los suplementos son eso, suplementar algo básico que es la nutrición, incluso no todos los botes son iguales, algunos solo llevan comida y no deberían ni ser considerados suplementos.»
Pero supongo que aún no he dejado claro la cosa. Es completamente inútil o no merece la pena gastarse dinero cuando tu entrenamiento no es productivo
Ahora empezaban a comprender. Se miraron un momento.
– «Tanto anuncio de competidores, tanta información más o menos científica, esos espectaculares botes, etc… es todo parte del marketing de la publicidad, pero no es la verdad absoluta. Esos botes son útiles, claro que si, pero más útil es comer varias veces al día proteína completa, hidratos complejos y grasas saludables aunque no lo anuncien con chicas que están mejor que yo… Por eso, repito, os he contestado así y por eso estamos aquí sentados, para que entendáis qué es lo básico y principal y qué no lo es tanto.»
-«Entonces da igual el momento de tomar ese producto, Carlos?» Preguntó Juanjo casi arrepintiéndose al ver la cara de Carlos…
-«Si entrenas fuerte, para ti, SI da igual ya que no eres competidor profesional; como si no lo tomas!». «En vuestro nivel es así, siento no decir nada más pero tengo que ser lo más sincero y franco posible porque mi meta es que mejoréis lo máximo que podáis para que vuestros amigos que están en otro gimnasio cuando os vean en verano, os pregunten cómo os habéis puesto así y le digáis que es por el entrenamiento y no por el jodido bote ese del demonio! Porque así es como sobrevivimos en este gimnasio sin piscina, sin clases colectivas y sin masajes ni tratamientos corporales! Con la verdad por delante!»
Porque así es como sobrevivimos en este gimnasio sin piscina, sin clases colectivas y sin masajes ni tratamientos corporales! Con la verdad por delante!
De nuevo volvieron a mirarse entre ellos, esta vez entendiendo bien a las claras lo que Carlos había querido decir. Sacando por fin de su cabeza la duda que habían tenido y que en realidad habían resuelto antes de preguntársela a Carlos, porque ellos habían mejorado desde casi el principio sin apenas tomar ningún suplemento… Y ahora tenían claro que si lo habían hecho de una manera, era ese sistema el que debían de seguir y ya nos preocuparemos más adelante cuando ya no tengamos las mismas mejoras en el futuro de tomar lo que sea y en el jodido momento qué sea…
José María García García