Editorial Marzo

Editorial Marzo; Cómo nos ve la Sociedad

Una visión del desarrollo de nuestro deporte en la sociedad, una difícil integración que obliga a las dos partes. Nuestra actitud en el día a día recibirá una respuesta u otra a los marcados prejucios que muchas personas tienen de nosotros.

COMO NOS VE LA SOCIEDAD

Hemos de reconocer que somos un mundo aparte. Mi madre no sabe quien es el MR. Olimpia por más videos que se ve obligada a ver. Mi vecino no ve nunca en el Marca a un culturista. Todos nosotros hemos pasado en un momento u otro, al menos un poquito de vergüenza por, al preguntarnos qué deporte hacemos, decir que era el Culturismo, por lo menos cuando éramos jovencitos.

Por qué ocurre esto. De acuerdo, somos especiales. Hay una serie de respuestas comunes y específicas respecto del resto de los deportes minoritarios. Comunes en tanto en cuanto que no salimos en la tele, ni en los grandes medios de comunicación y hay gente que no sabe incluso que existimos, ni el patinaje artístico, por ejemplo; y específicos porque hay que reconocerlo estamos vistos por la sociedad como bichos raros, por no decir una cosa más fuerte.

Qué es lo que nos hace ser raros. Hay dos tipos de factores, según lo veo yo, uno que es imputable a nosotros mismos, entre os que cabe destacar:.

• La cruz de los esteroides, hay que ser sinceros y reconocer que la gran mayoría del culturismo de competición los toma, y eso tiene su precio en la opinión pública. Además los efectos secundarios en algunos culturistas hacen que se vuelvan más agresivos de lo que ya los demás le ven, a veces con razón. Con la consiguiente mala imagen de nuestro deporte.

• El hecho de que al vernos afectados por la dieta o por otros factores estresantes, no seamos precisamente modelos de sociabilidad. Cuando deberíamos ser lo más abiertos, HUMILDES y respetuosos con los demás, aunque ellos no lo sean con nosotros.

• Actitudes nuestras de arrogancia y SOBERBIA, lo que no quiere decir que no vistamos como el resto de las personas. O hablemos bien de los demás y seamos más amables con los que nos critican.

• Cuerpos desproporcionados o hinchados y con aspecto grueso. Con la excusa de estar en volumen, los hay que deberían contar hasta diez, antes de decir por ahí con la boca llena que son culturistas.

Y están los factores más importantes y los que de verdad más nos afectan, que son los que la sociedad refleja en nosotros, y que al mirarnos salen a la superficie. Las sandeces que tenemos que oír acerca de que somos de plástico, que no tenemos flexibilidad, cuando seamos viejos se nos van a caer los músculos y nos vamos a convertir en monstruos, que las chicas que hacen pesas se convierten en hombres, que no tenemos fuerza, que cuando lo dejemos el músculo se convierte en grasa, que somos asquerosos por las venas, que estamos así por los esteroides y todas las demás estupideces, tienen su origen en dos pecados que todos nosotros humanos, tenemos y que los españoles, especialmente, abanderamos la ENVIDIA y la IGNORANCIA. De todo esto se señalan dos esferas de influencia a la hora de dejarse llevar por comentarios poco juiciosos, uno de carácter interno y otro más social.

• El motivo interno, personal, hace que muchas personas al ver un cuerpo bien formado y desarrollado, opten por desacreditarlo a base de las excusas de más arriba, debido a que son incapaces de reconocer ante los demás que esos cuerpos son su sueño y aparecer más débiles. Es decir, si ven una estatua griega con una efigie masculina musculosa le parece bellísima, sin embargo, si es su vecino y se llama Paco ya es cuestión de descalificarlo. Pero esto no es nada comparado con engañarse a si mismos. No pueden soportar la idea de que ellos pueden estar así y que haya gente con un cuerpo mejor . Esto les lleva asumir que no lo hacen por vagancia o porque sería aceptar que hay alguien mejor que ellos.

Un ejemplo claro lo tenemos cuando alguien ve una retransmisión por televisión, de un deporte “neutro” como el tiro al plato, el ajedrez o el esquí de fondo, le gustará o no, pero nadie dirá de ellos que son medio locos , los que disparan al plato, que son unos listillos los que mueven las fichas o que hay que estar de los nervios para ir por ahí con ese frío. Pero ponle 5 min. de culturismo. Ya verás lo que son quejas y comentarios negativos sobre ellos.

El porque está claro, los otros deportes no les suponen ninguna amenaza a su tranquilidad psíquica. Pero el ponerles imágenes de cuerpos superiores es algo que les hace recordar que ellos son un subproducto corporal, para su pobre mentalidad. Cuando si fueran inteligentes de verdad, no prestarían tanta atención al físico y si más a sus mentes, abandonadas en el consumismo de los grandes almacenes o las bebidas de moda. Nosotros, los culturistas, tal vez por nuestro continuo trabajo con físicos, sabemos que cualquiera puede tener un físico razonable, pero lo de la mente ya es más complicado.

Cuando hemos visto comentarios positivos de los físicos culturistas, y no me refiero al típico “ese te pega una leche que no veas”, suelen provenir de personas sinceras, seguras de si mismas, con una objetividad que les hace reconocer que lo que ven es algo a admirar. Muchas de esas persona son jóvenes que todavía ven las cosas sin miedos y sin recelar de si mismos.

• El otro motivo, este social, se experimenta por la ignorancia, que se expresa en todas las mentiras que dicen de nosotros, sin saber prácticamente nada de lo que hacemos. Es decir los que nos utilizan como chivos expiatorios a la hora de pagar las culpas de alguien. Ejemplo: el pobre ciclista que se ve obligado a tomar productos dopantes “porque es que sino no podría subir todas esas montañas”, en contraposición a “todos esos musculitos de gimnasios, los culturistas esos, amorfos que se atiborran de hormonas, eso es asqueroso”, charlas oídas en las “sabias” tertulias radiofónicas españolas, por supuesto no el mismo día, ya clamaría al cielo.

Parece como si hubiese, sobretodo en la profesión periodística un regular interés por denostar o señalar a algunos como los culpables de algo de la sociedad, y nos toca a nosotros, es fácil la mayoría no nos ve bien, no somos bien vistos. Somos carne de cañón periodística. Primero la obsesión por el cuerpo de la sociedad, nos toman a nosotros como el mal ejemplo, frente a las “adorables” modelos. Todas las chicas están como locas por ser Esther Cañadas, que quieran tener el aspecto enfermizo y la falta de salud, eso no es malo, está de moda, es bonito. Además las revistas de la moda y el corazón pagan una barbaridad. Que dejan de comer y se vuelven anoréxicas, pues nada se les pregunta a las modelos y todas dicen que no hacen dieta y que se hartan de comer, que ellas son así y que incluso comen dulces. Y voy yo, y me lo creo, pensaba que solo tenían problemas con la comida , no que eran mentirosas.

Ahora la excusa para atacarnos es la vigorexia, ya no interesa mucho la anorexia, es normal ataca a las modelos, y todo lo establecido. Somos unos locos que vivimos obsesionados por tener más músculo, sin percatarse de que si un corredor hace 100 metros no está loco por que intente ser cada vez más rápido. En fin hay periodistas que no saben como escandalizar y conseguir el aplauso fácil. Teniendo pocos escrúpulos y menos imaginación, pues nada, cargamos contra los de siempre y adelante. Aunque hay que reconocer que también los hay dignos y profesionales que dan su mirada objetiva sobre nuestro deporte.

Si nos paramos en seco y pensamos, estos cerebros nos están diciendo a un colectivo cercano al millonario que estamos enfermos. Algo increíble. La última tontería que nos espera es la Ortorexia, la obsesión por hacer comidas ecológicas y limpias. Hacemos una apuesta sobre quien les va a caer el muerto encima. Es desesperante, en todas las actividades humanas hay desacerbados y obsesos, pero si son culturistas venden más, nadie los traga.

Más desigualdades, la más clamorosa, la falta de retransmisiones de campeonatos de culturismo en la televisión. Ya ponen de todo, waterpolo, badminton, patinaje artístico, dardos, carreras de trineos, descenso de aguas rápidas, skysurfing, lo que sea… menos fisicoculturismo. “Es que somos minoritarios”. MENTIRA.

No somos comerciales, bueno pero no es eso solo, es que creo que vamos a inventar un término nuevo, somos anticomerciales. A la mitad de las mujeres de este planeta les daría algo, porque no podrían cambiar de canal, porque es muy fácil darle al mando a distancia pero, inexplicablemente, no lo hacen. El por qué, en realidad no lo sé, sería cuestión de conjeturar algo relacionado con el morbo, la curiosidad o la irresistible atracción de lo desconocido, yo que sé…

Eso me recuerda cuando estudiando en el instituto, todos nos forrábamos la capeta, los que jugaban al baloncesto con Michael Jordan, los futbolistas con Laudrup o Michel, pues bien yo lo hice con Lee Labrada, Bob Paris, Lee Haney, Cory Everson, Rachel Mclish etc… Pues bien creo que mi carpeta era la más vista de toda la clase, pero el 70 % de los comentarios eran despectivos. Además sin recato; las chicas me decían, sin dejar de ver las fotos ni un segundo, que sino me daba asco estar así, a lo que yo replicaba que lo que me daba asco, era tener un cuerpo como el de ella. Ahora ya me he vuelto algo menos radical. Aunque los que me conocen bien, no terminan de creerlo.

De todas formas puedo entender que nuestra estética no guste a mucha gente, a pesar de que en estos últimos año hemos tenido una afortunada vuelta a físicos más armónicos (me refiero a los atletas profesionales actuales). Pero no por ello es razón para denostarnos.

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