Manejar la frustración: No seré campeón del Mundo

Y es que cuando empezamos y somos jóvenes, con el futuro por delante nos planteamos con toda la pasión de la juventud llegar a ser los mejores.

Pero es evidente que no todos llegan. En la vida el ganar es un concepto que ha de ser analizado por cada uno para interpretar posteriormente si estamos alcanzando las metas adecuadas o simplemente no hemos apuntado bien.

Millones de personas entrenan en este planeta haciendo culturismo, como cualquier otro deporte. Pero sólo unos pocos (muy pocos) llegan a ser los mejores del mundo. El aceptar este hecho nos hará crecer como personas, puede que más incluso que como atletas. Manejemos la frustración por tanto.

Cuando eres pequeño, observas una serie en la televisión y te planteas llegar a tener todo lo que has visto para mañana mismo. Nuestros padres nos hacen despertar pronto y nos dejan claro que no se pueden obtener todos los caprichos que deseas, aunque hoy en día muchos padres intentamos darles todo lo que nos piden en el erróneo pensamiento que así somos mejores padres. Y es que ahí aprendes a manejar esos deseos que por el simple hecho de tenerlos no cuestan más que pedirlos para obtenerlos. Y cuando no los tenemos, llorar, patalear, enfadarnos, autoagredirnos, desobedecer, comportarnos incluso violentamente son algunas de las respuestas que de manera irreflexiva un niño suele realizar.

A partir de ahí, pueden ocurrir dos cosas. Que tus padres cedan y te reafirmes en esta actitud o que se te niegue a pesar de tu comportamiento y tú tengas que madurar y entender que las cosas por pedirlas no vienen solas.

En el mundo del deporte, que nos enseña muchas cosas, hay una ley inexorable: si quieres ser el mejor has de entrenar, has de luchar, has de invertir tiempo y ser disciplinado…Valores muy, muy positivos para el deporte y la vida en general.

En los culturistas jóvenes el deseo de llegar a ser el campeón del Mundo es muy frecuente, de manera incluso lógica. La ilusión que arde en su interior les lleva a entrenar, a hacer dieta, a cumplir el compromiso, a ser regular, a adherirse a un estilo de vida determinado. Pero lógicamente aún así, no todos pueden llegar. Ni en éste ni en cualquier otro de los deportes.

El uso de doping en ocasiones no es más que un atajo, una artimaña o un trampolín que te da un empujón para poder tener mejores resultados en cualquier deporte porque es reflejo de la sociedad. Los deportistas no son más que una parte de esta sociedad en general y no se dividen en buenos o malos por elegir unos u otros deportes. Es por ello que a pesar de tener demostrado algunos valores que nos hacen ser algo diferentes, es la sociedad en general la que hemos de interpretar en ella. Y se producen evidentemente algunos hechos inexorables que debemos gestionar; como por ejemplo esa desilusión que puede que nos llegue cuando no seamos campeones del mundo.

Siguiendo el símil que inicia este artículo, cuando somos niños, un día comprendemos que no todo lo que pedimos llegará por el simple hecho de reclamarlo. Cuando crecemos y somos jóvenes, al madurar, sabemos que para conseguir determinadas cosas hemos de proceder antes a realizar algún esfuerzo que nos permita alcanzar ese deseo. Pero qué ocurre cuando a pesar de ello no lo hacemos?

Pienso que en el caso del culturismo, debemos de entender que ganar a cualquier precio no es la meta que nos propusimos si no una degeneración de ella. De que llegar a ser campeón del Mundo puede que no sea para nosotros y que lo que de verdad nos haría pensar que perdimos fue el no intentarlo…

Pero si lo has hecho, lo has probado, y no lo has conseguido no creo que se nos pueda tachar de cobardes, perezosos, indisciplinados o cualquier otro calificativo con connotación negativa, simplemente que ha habido alguien mejor que nosotros desde el punto de vista deportivo. Eso no quiere decir que seamos peores personas, antes al contrario. Ese momento negativo en lo deportivo lo debemos convertir en una ganancia para el crecimiento personal, para madurar!

Aceptando el hecho de que no seremos campeones del mundo, nos hará disfrutar centrándonos muchas veces más en las cosas que no nos damos cuenta y de las que estamos rodeados todos los días, pero que por su presencia habitual no sabemos disfrutar. Podemos entrenar, movernos, saltar, correr, pensar, leer, conversar, caminar, nadar, acompañar, inventar y hacer miles de cosas que nos harán crecer como personas.

El día en que no puedas dormir por las noches, moverte, salir de casa, tener tiempo libre, vivir con algún familiar, dar una vuelta con un amigo… en ese momento es cuando nos daremos cuenta de que podíamos haber disfrutado mucho más y no lo hicimos… Aprende a vivir encajando lo que cada día te da la vida, a crecer como ser humano y en último momento, te hará además ser mejor deportista y lo que es más importante, mejor persona.