La Columna de Juan Marco: Mis comienzos
Enamorado desde 1973 de este deporte que forma parte de la vida de mucha getnte, Juan nos cuenta cómo fueron sus comienzos. Me han pedido que cuente cómo fueron mis principios allá por el año 1973… Pues muy fácil, a los más grande de edad de mis amigos se les ocurrió hacer unas pesas de cemento. Una era de 33 kilos y otra de 57 kilos, las cuales tenían guardadas en una casita donde se juntaban para más que nada demostrar quien era el más fuerte. Total, poco tiempo después nadie las tocaba ya… y yo ni corto ni perezoso me las lleve al patio de la casa de mis padres.
Con dos amigos más estuvimos un tiempo; yo desmonté la bici, la BH y saqué el manillar. Como era casa con patio y con higueras, con pozo aparte. Saqué la polea, la até a la higuera y con un cubo de piedras fue como logré tener mi primera polea. Si a eso unimos que hacía un montón de flexiones, así empecé pues los gimnasios brillaban por su ausencia y quedaban lejos de mi casa.
Al tiempo uno del barrio se apuntó al gimnasio Parra, uno de los lugares pioneros y con buena cantera culturista. Muchas ganas de ponerse fuertes! Éramos unos tirillas… ahora cuado me dicen: «es que acabo tarde de currar»… Pues la verdad yo trabajaba en un taller mecánico de 8 de la mañana hasta las 8 de la tarde, cogía un autobús y luego metro y bajaba a Barcelona, puesto que yo vivo en Badalona.
Si quieres, puedes,
Eso fue en 1975. Al siguiente año competí en un Social que se hacía en el Gym, gané mejor posador y quedé 4º… me supuso la mayor alegría! A partir de ahí comencé a competir, no fallé un día al entreno; por aquel entonces ya tenía un carácter fuerte y me dejaba la piel cada día. Y eso que no teníamos ni puta idea de alimentación: leche descremada, germen de trigo, levadura de cerveza y las primeras protes que te tomabas (en bolsa de plástico) y que te llevaban derecho al baño…
Seguí compitiendo hasta 1986 sin parar. Yo ya había inaugurado el Anaqués Gym el año anterior (1985). Ese año del 86 competí en el Olimpia de Madrid, en Vallecas. Ahí dije «cuelgo el bañador!» cuando me ganó un atleta pasado de cojones. Lié el pollo y me dediqué a entrenar a los demás, a la preparación de otros atletas que me llegaron en los años siguientes. En 1987 un tal Paco Bautista… Como anécdota, el primer día que vino a entrenar vino con dos más. Bastante chulitos y nada… les mandé 10 series de sentadilla: los otros no volvieron. Pero Paco se quedó…
Creo que yo nací para este trabajo pues soy de piñón fijo y tengo los mismos gustos de cuando era pequeño. El primero fue la gasolina, el mundo del motor, y después el Culturismo hasta hoy. Creo que he sido mejor para los demás que un gran competidor culturista pero como me dice Paco: «Hay pocas personas a las que les guste el culturismo como a ti».
Es mi pasión. Eso si, siempre con cabeza y que lo que más me gusta es entrenar y ver cómo la gente se pone fuerte. Eso es un placer; la superación de los demás. Admirar a los grandes físicos y sobretodo ganerme el respeto de todo el colectivo culturista. Y eso es lo mejor! Seguir trabajando para que vayamos mejorando.
Juan Marco. Cansado. Mañana espalda sin piedad, el enemigo nunca descansa. Día de tormentas, joder hay cuatro y el gato. A ver si acaba agosto y pasamos de tanta calor.