Editorial F21 enero2013; Las Asambleas
Quizás uno de los elementos esenciales para la buena salud y la intercomunicación entre directivos y afiliados que muchos pasan por alto pero que esperanzadoramente van a más.
Escrito por José María García García
Las asambleas
Hace veinte años nunca oí hablar de reuniones del colectivo culturista. Probablemente por dos razones; porque no se producían o porque no se publicitaban lo bastante. Esto hoy en día no es excusa, cualquiera puede tener en internet y en la época de las redes sociales la posibilidad de exponer una fecha y un lugar para reunirse privadamente, con mayor probabilidad si es una asociación o entidad.
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Hoy en día, los últimos años hemos visto un progresivo aumento en el aforo de las asambleas regionales; dado que las nacionales solo se realizan para los directivos, hace ya más de una década que en casi todas las territoriales de España es posible tener una reunión anual donde preguntar y ayudar con cuestiones que beneficien a todos y desarrollen más el deporte. Aclarar todas las dudas o las situaciones que pueden parecer injustas pero que, en la mayor parte de las veces, se deben al desconocimiento o malinterpretación de las normas.
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A pesar de ello, la mayor parte de las veces las usamos desgraciadamente, como ese famoso dicho: «solo nos acordamos de Santa Bárbara, cuando truena…». No obstante y a pesar de que las asambleas existen, las reclamaciones son pretendidamente realizadas fuera del sitio adecuado, de formas y sobretodo de fechas. Ciertamente siempre ha habido cierta polémica, máxime cuando estamos en un deporte con un sistema de puntuación aplicado por sujetos y no por tanteos, relojes o centímetros. Nada que objetar por reclamar para mejorar el deporte, pero si el oportunismo, el egoísmo y la falta de argumentos más allá del consabido «que hay de lo mio…».
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En ocasiones se da la paradoja, por llamarlo amablemente, de que las quejas son formuladas por personas ajenas al colectivo!! Hace años o incluso nunca, se han dado de alta en alguna de las entidades que intentan gestionar el deporte; a pesar de ello se sienten reforzados por algún tipo de argumento esotérico que les hace pensar incluso que los verdaderos defensores del culturismo son ellos y no los que han sido votados en elecciones abiertas para ser los responsables. Hasta tal punto llega su sinrazón; todo únicamente basado en un calentón normalmente relacionado con lo único que parece motivarles para hablar en alto; una clasificación injusta (para ellos).
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Ante esa motivación de salida poco en positivo se le puede otorgar, antes al contrario, es motivo ese simplemente para intentar responderles en su misma medida; no sin antes recordarles el hecho de que cuando alguien no se afilia a una entidad y por tanto, no pertenece a ella, hay que tener ciertos escrúpulos para decirles a ellos cómo han de hacer las cosas. Si ahondando en los argumentos algo positivo se puede sacar, seguramente se realizará pero respetando los lugares (Asambleas), las fechas (justo antes de las competiciones donde después se puedan aplicar los cambios) y por las personas adecuadas (por supuesto afiliados a las entidades).
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Es decir, respetar las normas y no moverse tan solo por venganza o por motivaciones de índole personal.
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Convendría además pensar que las personas que forman parte de una colectividad intentan mejorarla, no empeorarla.