Editorial abril09; Mi culturismo

Editorial abril09; Mi culturismo por Iván Pérez

Editorial por invitación de un joven culturista onubense de 18 años. Para algunos que pensábamos que el culturismo no se renovaría, una esperanza ver que las mismas sensaciones, los sentimientos, el amor al deporte que una vez nos empujó a entrenar, a comer, a realizarnos como culturistas, no han desaparecido. Siguen ahí y viven, ojalá para siempre en los corazones de los chicos que empiezan en esto.

Escrito por Iván Pérez

Culturismo para mi.

Dieciocho años me separan de un parto, únicamente ese corto periodo de tiempo, y con tal promiscuidad no podría hablar de numerosos hechos y relatos de mi vida pero , sin embargo, haciendo un resumen de mi vida destacaría el haber descubierto este deporte de cultivar físicos, ya que si los antiguos griegos supieran hasta donde se ha llegado en la obtención de cuerpos magnánimos quedarían realmente boquiabiertos.

Resulta curioso acordarse de cómo empezó todo, ya que antes de entrenar seriamente en un gimnasio , había visto antes fotografías y videos de culturistas, que por aquel entonces me parecían algo fuera de lugar, casi repulsivo, pero resultaba curioso como a pesar de ello seguía mirando y buscando fotos y mas fotos.

Fue cuando comencé a entrenar de verdad cuando empecé a adentrarme en este mundo, que cambió mi vida por así decirlo. Entrenas, comes y duermes, y el resultado de esa suma es crecer, un crecimiento físico, un crecimiento que alegra y realza el autoestima , pero mi opinión, que seguro que muchos otros la compartirán, va mas allá. El culturismo es un recordatorio de tu esfuerzo y dedicación personal, el reflejo de todas tus proezas entrenando, moviendo en ocasiones cantidades de peso gigantescas, y llevando a cabo una alimentación que a muchas personas hoy en día les parece ‘’anormal’’, y descansando claro, eso siempre.

Descubrir este deporte me permitió madurar, y mejorarme como persona, usando lo aprendido en los hierros para llevarlo a otros fines, y el resultado no fue para menos, he conseguido objetivos que antes jamás hubiera imaginado conseguir…conseguí fe en mi mismo.

¿El como? Fue bien sencillo, cada entrenamiento es una fuerte dosis de motivación, un fragmento de voluntad y de valor, compuesta por los mas variados ejercicios, cuyo dolor en las últimas repeticiones te obligan a apretar todo el cuerpo y hacer rechinar los dientes, de manera que mientras se desliza por tus mejillas una lagrima , debido a la intensidad generada en tu cuerpo, sonríes , feliz y satisfecho de haber trabajo duro.

Aquellas primeras sesiones de piernas me impactaron, temblaba y jadeaba mientras veía con incertidumbre el peso que sostenía sobre mis pies, curioso y a la vez excitado de si podría continuar, deseoso de probar cuanto era capaz de aguantar, mientras me imagino placenteramente que me rio de mis propios limites y de todo lo que voy a mejorar , lo que me hace prolongar la sonrisa.

Mis palabras son un recordatorio para quienes saben de lo que hablo, y una invitación a la auto-realización para aquellos que aun no han experimentado este dulce sabor, que aunque pueda parecer una sinestesia si la sacamos de contexto, es el mejor jarabe contra la depresión, la desmotivación, la desgana y la vagancia, así como el ejercicio de un musculo que rara vez se ejercita en esta sociedad, y desde mi punto de vista, cada vez menos, la voluntad.

Por todo esto cuando veo a un gran culturista, que no tiene porque ser enorme y estar seco como la arena , admiro en él todo lo que alberga detrás de su físico, un carácter y determinación de titanio.

No sabría decirlo de otra manera así pues.., larga vida al culturismo!

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