Editorial Septiembre; El Organizador

Editorial Septiembre; El Organizador de campeonatos

Figura tan necesaria como desconocida del organigrama del culturismo de competición, sin ellos nada existiría y sin embargo el reconocimiento de este personaje nunca se ha producido convenientemente. El empresario que saca adelante un proyecto deportivo culturista tiene que tener unos condicionantes especiales de amor y ganas por su deporte, más de lo que la mayoría le suele achacar.

EDITORIAL SEPTIEMBRE 2007

Acabamos el verano prácticamente, y ya estamos de nuevo con las competiciones en ciernes. De nuevo volveremos a ver ajetreo competitivo, ese olor a tinte, las caras deshidratadas, los nervios, el hambre, etc.. Un movimiento de competidores, de entrenadores, de familiares, de oficiales, jueces y demás personas que están alrededor de lo que en una competición culturista se refiere.

Durante todos estos años de periodismo culturista, se ha escrito bastante sobre los competidores, sobre directivos, algo de los entrenadores, incluso de los jueces que suelen ser los malos de la película pero que en algún texto se les hace (aunque no suficiente) una defensa de este, un difícil puesto. Pero nunca he leído nada de uno de los más importantes actores que se mueven en nuestro mundo: el Organizador.

Y cuando me refiero a este nombre es a la persona o entidad que decide sacar adelante una competición. Pocas, muy pocas personas saben lo que esta palabra, organizador, quiere decir; sobre el inmenso trabajo que recae en sus espaldas, además del riesgo monetario que en la mayor parte de las veces se produce, cuando se decide sacar un campeonato adelante. Mucho más, si cabe, cuando es un Open con premios en metálico.

La labor del organizador NUNCA será bien considerada porque entre otras cosas, la mayor parte de las veces mientras que el observador no haya hecho nunca este rol de las competiciones, nunca podrá valorar en su justa medida este trabajo. Este es el más arriesgado e intenso que hay dentro de una competición, puesto que es la persona que proporciona todos los medios que son necesarios para que un campeonato sea un éxito. La labor de este personaje empieza meses atrás, cuando en su mente se vislumbra la posibilidad de organizar un evento.

Primero hay que conseguir obtener de una organización la concesión de un campeonato en concreto, y en este punto que puede parecer fácil es cuando uno ve que empiezan los problemas. Estas pegas son causadas por el hecho de que suelen ser varios los que quieren organizar ese mismo campeonato. Por lo que se debe de realizar un proyecto que sea ambicioso y completo para que resulte el elegido finalmente. Eso si, esto ocurre en zonas donde hay varios optantes, afortunadamente suele ser más habitual esto que lo contrario, que no haya problema porque el año anterior el campeonato que optamos no se celebraba simplemente.

Hay que buscar el sitio, cosa que nunca es fácil, puesto que en un primer lugar pides precio en Auditóriums o teatros, y cuando te das cuenta del dineral que cuesta, el paso siguiente es que te ves en el despacho del concejal de turno para pedirle ayuda con el polideportivo local. En ese momento muchas veces más por la proximidad que les une, no por el simple apoyo al deporte, suele ser cuando te das cuenta el porqué en las competiciones SIEMPRE se da las gracias en público a los estamentos oficiales que ayudan, aunque sea a cambio de apuntarse el tanto político. Bienvenido sea así, si sacamos adelante el proyecto.

Una vez solucionado este extremo, ahora nos damos cuenta de que en las cosas que la Federación nos pide, se encuentra una iluminación y un sonido, además de otros requisitos que, si no nos lo cubre el ayuntamiento es necesario costear por tu cuenta. Para ello no tienes más remedio que acudir a los patrocinadores. Muchas veces, me he topado con personas que me han comentado el hecho de que echan de menos empresas de fuera del mundo culturista. Si tengo tiempo, les explico que yo era de su mismo parecer, que consideraba que si arrimáramos empresas “normales” al mundo del culturismo ganaríamos por dos causas, primero por tener una ayuda mayor económica que la que las marcas culturistas suelen dar; y segundo por la “normalidad” que eso transmite al público en general. Es mucho más atractivo ver que marcas que apoyan a otros deportes se introducen en el nuestro.

Desgraciadamente el refrán español que dice “del dicho al hecho, hay un gran trecho”, suele ser verdad la mayor parte de las veces. En las primeras ocasiones que organicé eventos, tuve ese mismo deseo, por ello me presenté en las mayores empresas que patrocinaban eventos deportivos y que, por supuesto, nada conocían de nuestro deporte fuera de lo que comúnmente se piensa por la calle. Me vestí conscientemente, tome aire y con mis mejores intenciones y con un dossier acudí a 3 despachos de grandes empresas (Ono, Cepsa y una local), en cada reunión todo iba fenomenal hasta que pronuncié la palabra “culturismo”, en ese momento y sin recato alguno, una de las interlocutoras me dijo “el presupuesto de patrocinios lo cerramos en enero, lo siento” torciendo el gesto e implorando a los dioses para que la figura que tenía enfrente, yo, desapareciera. Ante este gesto, mi persona se levantó y dio las buenas tardes, no puedo ni describiros la vergüenza que la tipa en cuestión me hizo pasar. Las otras dos empresas al menos se limitaron a torearme, requiriéndome para posteriores reuniones o personas. No os escandalicéis mucho pensando que quizás fuera el importe de la ayuda lo que les hizo cambiar de opinión, solo pedía 50 mil pesetas y era el año 2000.

A pesar de ello a la más mínima ocasión que he tenido por conocer el interés de alguna de estas empresas, he hecho propósito de enmienda y he acudido. Eso si, con cuantías mínimas y porque había amistad de por medio. Siempre se pueden recabar algún banco en el que estés pagando un dinero o los negocios “vecinos” que muchas de las veces suelen ser la mayoría en determinados campeonatos, de carácter local principalmente.

Por ello son las empresas culturistas, básicamente las de nutrición, las que llenan el hueco de los patrocinadores, eso si, con cuantías que las más de las veces no cubren el costo total del evento.

Por supuesto el día del campeonato llega, y tú rezas para que se llenen las gradas para conseguir al menos tapar las posibles pérdidas, no pegas un ojo esa noche creyendo que no va a haber nadie en las butacas y que cuando se entere tu mujer a ver qué le dices…Cuando llega todo, tienes que tener preparado el recinto, habilitarlo para que los competidores no llenen todo de tinte, porque desgraciadamente y hasta que una normativa lo impida suelen darle igual el material del recinto. Por otro lado, preparar el escenario, poner los carteles de los patrocinadores, alguno incluso suele enfadarse porque considera que no se ubica convenientemente el cartel de su marca, colocar correctamente a los jueces, improvisar con mil cosas para solucionar los problemas que van surgiendo, etc… Llamar a mil colaboradores para que, finalmente, solo acudan un puñado que tienen que multiplicarse para cobrar entradas, sentar a la gente, ayudar a los stands, a los jueces, a los competidores y proporcionar ayuda para organizar la parte de atrás del escenario. Todo ello con un stress y con el tiempo pegado amenazando con empezar tarde y que con el calor, el público empiece a enfadarse.

Eso si, cuando el campeonato comienza y ves que todo sale adelante, observas como tu cuerpo empieza a decirte que esos kilos que has perdido en estas semanas tienen que tener alguna repercusión y es cuando empiezas a sentirte cansado, sin más ganas de que termine pronto todo esto y no organizarlo nunca más. No obstante lo más peligroso no ha pasado. Queda contar el dinero. Aquí puede pasar dos cosas, que los números salgan o que no salgan, si es esta última opción lo sabes desde el momento en que ves el número de personas que ha entrado y que no ha cumplido con las expectativas. He visto campeonatos que han perdido más de un millón de pesetas y los he visto que han ganado el doble. Pero por lo que me figuro, la gente solo se queja de que la entrada es muy cara y que el organizador se forra por ello, Por qué no organizan ellos un campeonato???

Gracias organizadores, sin vuestra ilusión no existiría el culturismo.

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