Si tuviéramos que buscar al primer culturista de la época moderna, dejando a un lado a griegos y romanos de la época clásica, quizás este francés pudiera ser el primero que así mismo se vio como el primer culturista del mundo.
HIPPOLITE TRYAT 1812-1881
El pionero de la cultura física.
Su vida
Hippolite Antoine Triat es considerado por muchos como el primer exponente de lo que se ha dado en llamar Culturismo hoy en día. Nacido en Saint Chaptes cerca de Nimes (Francia) a principios del siglo XIX (1812) su vida parece de cuento de hadas: sus padres murieron cuando él tenía tan sólo 4 años. Abandonado en un orfanato, unos gitanos lo secuestraron para venderlo más tarde a una familia circense que lo quería para usarlo en sus atracciones, obligado a vestirse como niña…En 1825 el grupo del circo se dividió y creo un número de levantamiento de pesas y fuerza. Deambuló por varios países hasta que en un tour por España salvó a una rica dama de la sociedad burgalesa de un caballo desbocado (lo que le costó la rotura de su pierna izquieda), recibió por ello una enorme “recompensa”: pagaron su educación en una escuela de la aristocracia. Viviendo en España hasta los 22 años y estudiando todo lo que pudo en sus horas libres sobre el ejercicio, lo poco que se encontraba entonces era griego/romano y poco más.
A partir de ahí, volvió al mundo del espectáculo que conocía para ganarse la vida, participando en números de fuerza hasta que se estableció en Liege (Bélgica) y montó su primer gimnasio (1840-1849). Por aquel entonces la idea de gimnasio poco o nada tenía que ver con la de hoy en día; no obstante si era un sitio donde la juventud se preparaba para fortalecerse, aprender esgrima y a luchar en la especialidad
greco-romana. Hippolite sin embargo se sentía más cómodo cuando enseñaba la parte de fuerza, algo lógico tras sus años como “forzudo”, gracias a su exquisita educación se preocupó también del aspecto teórico de su trabajo.
Con el tiempo llegó, gracias a su éxito, a abrir dos gimnasios más: en Bruselas y en París. Fue el ubicado en esta última el que le dio más fama y dinero. Para la época fue uno de los más grandiosos edificios con unas medidas de 40 m x 20m x 10 m de alto. Llegó a ser rico pero también conoció la desgracia. De hecho murió solo, abandonado y en la más triste de las miserias en 1881. Su decadencia vino como consecuencia de su apoyo en París a las revueltas de la “commune”.
Su obra
Como su biógrafo Desbonnet (y también discípulo) señala fue dar a conocer las técnicas de entonces del entrenamiento de fuerza a la clase media/alta de la sociedad de entonces y hacer negocio con ello.
El siglo empezó con las guerras napoleónicas y continuó con las de restauración siendo una época convulsa y llena de problemas militares. Esto desarrolló junto con la implantación de una idea racionalista del estamento militar la preocupación por el estado físico de los soldados de entonces. Para ello se crearon escuelas y gimnasios inspirados entre otros por el método del español Francisco Amorós, padre a su vez de la Educación Física. Fundador también de gimnasios en España y Francia para militares donde la preocupación por la forma física era uno de sus pilares, llegando a escribir un tratado de ejercicios con aparatos (potros, trampolines, aros, etc…).
No solo eran los militares los que por entonces querían desarrollar su potencial físico a través de la “gimnástica” de entonces. La sociedad civil por imitación también lo quiso. Después de varios años inestables, en 1848 con el II imperio, por fin la estabilidad política y el éxito en lo económico dio como resultado que una floreciente y numerosa clase media que había sido educada bajo las normas de Amorós, quiso trabajar sus músculos en los incipientes gimnasios de entonces. Y ahí fue donde Triat intervino sabiendo captar este tipo de personas.
Triat se dio cuenta de que la gente no quería entrenar sólo para ganar fuerza, si no para ganar músculos que le hicieran sentirse y lucir mejor. Y creó un método para ello. A partir de aquí su éxito fue arrollador, de tal manera que le salieron imitadores por toda Francia, de hecho este es el máximo momento de creación de gimnasios hasta el siglo XX. Nació la Cultura Física.
Sus entrenamientos eran más “comerciales”; innovando con las clases colectivas por primera vez en la historia con realizaciones de coreografías con música como un primitivo aerobic. Pero por lo que realmente se le recuerda en el entrenamiento culturista es por la invención de la barra universal (para poder colocar diferentes pesos en ella, no fija como hasta entonces) y las poleas, tal y como Desbonnet nos comenta. El término cultura física fue acuñado por primera vez por éste pionero del culturismo. Él fue el primero que creyó en el entrenamiento con cargas para aumentar la masa muscular y no solo como hasta entonces para la fuerza, esta es la principal razón por la que ha pasado a la historia como el pionero del culturismo.