Editorial abril08; Nuestro público
Con poco o mucho retraso, cómodamente sentado o en una silla de polideportivo, calor unas veces, frio en otras. El público atiende con paciencia e ilusión los campeonatos que rellenan (cada vez en mayor número), los calendarios competitivos de las diferentes asociaciones de culturismo en España y el resto del mundo. Ese público que muchas veces se echa de menos en algunos campeonatos, pero que, cuando se congregan en gran número, dan calor y ánimos a culturistas que intentan dar lo mejor de si.
Muchas veces los que nos hemos puesto casi desnudos delante de un público, al pensarlo friamente hemos reflexionado «pero como me voy a poner a hacer posturitas delante de mis amigos, familia y conocidos» ; alguna ocasión hemos tenido para recapacitar y comprobar que una competición, afortunadamente cumple un reglamento y unos requisitos en los que prácticamente todo esta tan reglado que no cabe la interpretación absurda que en un principio hemos tenido miedo.
Las poses tienen un por qué, las realizamos como reflejos del trabajo que hemos realizado en el gimnasio, como comprobación del tamaño, calidad, definición y proporción en general que otorga una puntuación. Todo de una manera fria y que los jueces nos ordenan pausada pero ininterrumpidamente. Una competición nunca levanta el supuesto ridículo o la pantomima típica que cuando alguien quiere mofarse de un culturista suele hacer, colocando posturas en un afán de reirse del que lo hace. He visto muchas reacciones de un público muy variado, pero haciendo un esfuerzo crudo no recuerdo nunca que el respetable, con el mayor respeto posible, no haya hecho otra cosa que animar, aplaudir, gritar, admirar, hacer sonar claxons, sacar pancartas, ponerse de pie, agitar las manos, recordar que tensen a los competidores, demostrar, querer, incluso emocionarse, dar de su parte en definitiva, cuando los competidores se encuentran posando en el escenario.
Supongo que por eso, los que nos hemos puesto ahí, tenemos ganas de volver a repetir la experiencia. Eso te llena de vitalidad, te pone la piel de gallina, te hace apretar hasta temblar inconscientemente, posar más de la cuenta, cansarte pero seguir ahí dando lo mejor de ti, soportar los tirones, calambres, cansancio, sed, calor, incluso las lesiones que se producen mientras se posa… todo por dar lo mejor de ti para el público.
Ese público que lo forman tus padres, familia, amigos, compañeros del gimnasio o simplemente los simpatizantes de nuestro deporte que, cuando termina el campeonato, se acercan y nos dan una palabra de apoyo, de calor y que a veces solo con eso, nos damos por bien pagados ese día.
Cuando llegué a ser directivo tuve claro que tenía que intentar evitar los campeonatos interminables, que duraban horas y horas en un interminable espectáculo de cuerpos que al cabo de unas horas ya parecían todos iguales. Por ello hemos dado varios pasos en la mejora del atractivo de un evento culturista, todo porque para el público no sea algo tedioso sino una sucesión de categorías en las que siempre hay algo que admirar.
Supongo que hablo en nombre de muchos cuando, dedicado a todos los que forman los que atienden un campeonato, les digo; GRACIAS por estar ahí, apoyando y que con su sola presencia, da respeto y agranda al deporte del culturismo.