Editorial Mayo; La formación en nuestro deporte
Muy a pesar nuestra, nuestro nivel de conocimientos no es renovado en demasiadas ocasiones; en una especialidad donde la formación contínua es necesaria debido a las contínuas investigaciones que cambian muchos conceptos. Los seminarios y cursos de reciclaje no son habituales.
El nivel de conocimientos
Cuando llego a dar un curso o un seminario, un sentimiento de miedo se apodera a veces de mi mente. Y no se trata de que pueda llegar a pensar que me quede en blanco cuando empiece a hablar, ni tan siquiera es el hecho de que a veces use una terminología que puede que no sea conocida por mi audiencia. No es exactamente ese mi miedo, se trata de si seré bienvenido una vez diga básicamente que lo que han hecho durante un tiempo, años incluso, ha estado mal y han perdido el tiempo.
Podríais llamarme presuntuoso, pero han sido ya decenas de veces que, cuando hemos tocado el tema de la nutrición, o del entrenamiento, las caras de algunas de las personas que me oían, torcían el gesto o se llevaban las manos a la cara con gesto desencajado.
A pesar de la formación cada vez mejor de los monitores, de Internet, de revistas especializadas, de seminarios etc… Parece que hay una serie de temas que no acaban de aceptar por mucha gente. Ya sean por bulos que la televisión se encarga de difundir (hacer abdominales para perder barriga), los dichos de “los amigos” sobre que entrenar o comer de esta o esa manera es lo mejor. O cualquier otro canal en el que la información se difunda sin rigor o sin que la persona que oye recapacite y sopese la lo que absorve.
Y es que lo que hay que hacer es estudiar por uno mismo, sin tener que procesar directamente lo que una revista o un conocido bienintencionado te digan. De la misma manera que al leer esta breve reseña que este artículo intenta aclarar, tienes que ser crítico y comprender qué es lo que se transmite y si es o no válido, ese mismo espíritu es el que deberías de emplear ante las informaciones que te llegan. Y si se me permite el atrevimiento, no solo acerca del estilo de vida culturista, si no como modelo de comportamiento en la vida.
La cultura de uno mismo, no solo debe de afectar a la cualificación profesional, ni tan siquiera para tener un buen nivel de conocimientos para saber de cosas en la vida, también existe una esfera que afecta al cuerpo humano; nutrición, entrenamiento o anatomía que también deberían de ser cultivados por una persona que tenga inquietudes culturales.
Conocer el tipo de alimento que comes es, al menos, algo básico para toda persona, incluso es más; no puedo concebir cómo es posible que su estudio no sea algo obligatorio y esencial en la formación de un joven. Tal vez la anatomía y el entrenamiento solo interesen a aquellos que son atraídos por la actividad física o por el conocimiento en general, pero sin duda el tema de la nutrición debiera ser de obligado estudio en los colegios e institutos.
El saber qué comemos es un tema que, sin mucho profundizar de por qué, podrá verse necesario si queremos que nuestra salud mejore, o que tengamos mucha mejor calidad de vida. Ello viene dado porque los alimentos son buenos o malos para nosotros dependiendo de una serie de cualidades que ofrezcan. Y nos afecta directamente en enfermedades que son típicas de hoy en día, obesidad, problemas cardiovasculares, etc…
Si esta parte de nuestra vida fuera mucho mejor conocida no me cabe la menor duda de que viviríamos si no más, si mucho mejor, en cuanto que sabríamos que hacer ejercicio y comer adecuadamente proporciona una serie de ventajas para la calidad de vida que no podemos dejar abandonados a la suerte…