La columna de Juan Marco; Año nuevo, al gimnasio otra vez

La columna de Juan Marco; Año nuevo, al gimnasio otra vez

Juan nos pone en el caso de muchos que se apuntan al gimnasio con el año nuevo con las mayores ilusiones pero con pocas ganas…

Como cada año llega el mes de las promesas: voy a hacer esto! Me voy a cuidar o a preparar … me voy a quitar unos kilos!

La mayor parte de las veces ocurre que todo este tipo de comentarios lógico de esta época sea de euforia. Algo que se pasa en unas semanas y después a la rutina. Y las palabras se las lleva el viento… como todos sabemos y más los que tenemos gimnasios. Cuando nos llegan estos nuevos clientes lo primero que te preguntan es: «Abres todos los días, no?»; «Joder, yo quería venir…» Pues yo abro los cinco días y algunos sábados por la mañanas. Tú piensas: «Quiere venir todos los días… qué poquito va a durar éste…». Les dices que comenzaremos despacio que si no ya verás las agujetas… – qué va, soy duro – jajaja- yo aguanto-.

La primera semana 5 días. La segunda semana, ya falla algún día, Semana 3 puede que llegue a dos días de entreno… A la semana 4 le llamas y le dices, – qué pasa tio?- y te responde con lo de siempre: El trabajo… tengo un hijo… he tenido que acompañar a la mujer… En fin, que ya no los ves más.

Lo que no tiene lógica es que si tú no has entrenado nunca; estás pasado de peso y/o estás consumido, canijo es que se llegue al gym y quieras entrenar, hacer dieta y en unos meses tener un buen físico. Joder! Qué milagros no existen! Aquí lo tienes en tu ano y eso es determinación, hay que pensar: quiero, pues puedo!

Cómo puede ser que a muchos cuando comienzan a trabajar ya no tienen tiempo o están cansados … a ver, el que más o el que menos toda la vida hemos trabajado y no teníamos gym. Y uno mismo curraba 10 horas diarias, seis días por semana y se desplazaba a Barcelona pues los gimnasios de esa época con las manos, los contabas. Este tipo de sociedad acomodada acostumbrada a que el máximo esfuerzo es el móvil y apretar sus teclas… mira que les cuesta a muchos… cuando te apuntas al gym tiene que ser convencido que esto es una rutina diaria, que las excusas te las pones tú mismo… y que los que tenemos gimnasios también tenemos familia y vida.

Así que días como Navidad o Año nuevo cerramos. Tendremos que descansar digo yo. Por más años que pasen siempre suele salir el iluminado de turno que falla más que una escopeta de caña y un día señalado te dice: – no abres, Juan-. Claro hombre! Y me traigo un colchón y duermo aquí, colega!

Mañana abro por la mañana, cuantos van a venir… jajajaja… Las visitas que espero y punto. El lunes a tomarse las cosas en serio, por suerte ya acabaron las fiestas y empieza la rutina normal… y el entreno doble y a ver si bajo de 120 kilos que ya toca… uno es mayor. Pero a uno le gusta comer bien pero en cantidad… ese es mi gran problema que gusta estar grande dentro de mis posibilidades… gordi-fuerte Jajaja Quiero ya vida normal, mi rutina diaria. Si quieres; puedes.

Juan marco… ya con los nervios … quedan 10 semanas para el Promesas.

 

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